11 de noviembre de 2024
Reflexiones

LA PERLA

Qué hermosas son las perlas ¿Verdad? Pero muchos no saben que son producto del dolor.

Toda perla es el producto de una ostra que ha sido herida por un grano de arena, este grano de arena ha entrado en su interior. Una ostra que no ha sido herida por un grano de arena no puede producir ninguna perla.
En la parte interna de la ostra se encuentra una sustancia llamada “Nácar” y cuando un grano de arena ha penetrado en la ostra, ésta lo recubre con capas de nácar para protegerse. El resultado, se va formando una bella y deslumbrante perla.

¿Alguna vez te has sentido herido por las palabras, o actitudes de una persona?
¿Te han acusado de decir cosas que nunca has hablado?
¿Han rechazado o ridiculizado tus ideas?
¿Te han culpado de hacer algo que jamás hiciste?
¿Has sufrido alguna vez los golpes de la indiferencia?
¿Te han herido aquellas personas que menos esperabas?
¿Sientes que no te valoran como realmente lo mereces?

Entonces debes perdonar y hacer de tu herida una gran perla. Cubriendo tus heridas con varias capas de amor; así como la concha cubre su herida con varias capas de nácar. Cuando cubres tus heridas con amor, estás perdonando, recuerda que cuanto más cubierta esté tu herida, menos dolor vas a sentir. Y por el contrario, si no la cubres de amor, esa herida va a permanecer abierta y te dolerá más y más cada día, se va a infectar con el resentimiento, la amargura y peor aún, nunca va a cicatrizar. Mateo 13:45-46 También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, que, habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró. ¿Entiendes? el mercader vendió todo lo que tenía para poder hacerse a una perla, sacrifica junto con cristo todos eso malos sentimientos que tienes, perdona, y hazte tú a una perla preciosa.   

En nuestra sociedad, podemos ver muchas “Ostras vacías “no porque no hayan sido heridas, sino porque no supieron perdonar, comprender y transformar el dolor en una preciosa perla.

1 Pedro 4:8 Y, ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; por qué el amor cubrirá multitud de pecados. “Una perla es… una herida cubierta por el amor”.  ¡Que Dios te bendiga!